Ruitelan – Samos 40 km
Esta mañana me levanto con la sensación de que el tiempo se ha ralentizado durante la noche, muchos recuerdos han guiado mi sueño.
Es como si todos los caminos anteriores convergieran en este lugar y en estos momentos. Tengo la sensación de que la subida que nos espera completará una parte inconclusa de mis experiencias bicigrinas. una parte de un todo que ni siquiera existía antes (aunque parezca raro es la única manera de describirlo)
He repasado todos los retos y esfuerzos que antes tuvimos que superar para llegar hasta aquí y al despertar me encuentro de cara con la alegria. Siento dentro de mi algo tan complejo y tan simple como es la felicidad. En el Pequeño Potala hay dos normas básicas y de obligado cumplimiento,
1- Nadie se pone en pie antes de las seis de la mañana, hora en la que una suave música hará de despertador. Límite máximo de salida, las ocho de la mañana.
2- Sólo encienden y apagan las luces los hospitaleros
A la hora prevista suena el Ave Maria de Schubert pero está tan alto que la habitación parece un after awer y me dió un susto del carajo. A mitad de la canción el vinilo se raya y empieza a repetirse ..se me descose la risa, me troncho. Carlos ha subido a encender la luz .. El despertar ha sido de lo más relajante, si señor jajaja
Cuando bajamos a desayunar sólo quedamos en el albergue los malagueños ciclistas, el compi de la coreana que sigue en la cama y nosotros. El desayuno es bueno y variado, aunque no comemos mucho dado que hay que empezar a subir desde la misma puerta del albergue …
Carlos nos cuenta las tres alternativas que tenemos ..
1. Subir por el camino hacia la Faba
2. Subir por la antigua carretera hasta La Laguna. Son 9.5 km
3. Subir por la carretera nacional con varios km de más pero es la alternativa más suave.
Empezamos a pedalear cuando aún es de noche, el cielo clarea pero la carretera está oscura. Dejamos atrás el pueblo con nombre de cuento y nos vamos hacia la aldea donde las nieves pasan el invierno “O’Cebreiro”.
Llegamos a Las Herrerias y allí una mujer me dice que no tema al monte, que todos vamos con mucho miedo pero que no es tan malo como lo pintan… Yo no llevo miedo, no me acongojan estos retos, confio en mi, sé que de una manera u otra llegaré arriba con más o menos esfuerzo. La dureza no sólo la marca el camino sino los limites que nosotros mismos nos impongamos. No hay que crear barreras que no existen o convertirlas en infranqueables antes de tiempo aunque tampoco hay que infravalorar los obstaculos ni creer que somos invencibles. Si sabemos combinar ambas cosas, podemos conseguir cualquier propósito.
Las primeras cuestas antes de llegar al desvio del Camino se hacen muy duras pero a pesar de llevar las piernas frías conseguimos subirlas sin problema.
Llegamos al cruce donde hemos de decidir que variante tomar subir a La Faba o a La Laguna .. Paco decide que vayamos por asfalto, no quiere que mis piernas sufran más de lo necesario .. ya habrá ocasión de realizarlo en un futuro.
El único tráfico que encontramos es de taxistas en busca del peregrino perdido … Si ven a alguien andando disminuyen la velocidad pero cuando nos ven con las bicis la aumentan poníéndonos en varias ocasiones en serio peligro.
Nos adelantan los chicos malagueños y me dan ánimos. El del coche de apoyo reduce la velocidad al pasar junto a mi y me ofrece subir o cargar las alforjas, pero lo rechazo amablemente .. Voy con la lengua fuera pero aguanto bien .. Ni siquiera es una tentación.
Llegamos a La Laguna y vemos a tantos peregrinos que decidimos no parar
Si hasta aquí los paisajes han sido bonitos, a partir de ahora son espectaculares. Bien valen el esfuerzo de cada pedalada.
Llegando a la cima!!!! Primer reto del dia conseguido!!
Es hora de parar a descansar, comer algo y de paso sellar las credenciales. Hace bastante frío y también necesitamos calentarnos. Buscamos un bar y allí nos tomamos una cervecita con su pincho de tortilla correspondiente.
Ya he dicho en crónicas anteriores que intento no ver fotografías de los caminos para poder disfrutar de la sorpresa que esconden los lugares, por lo que me había hecho una imagen mental del mitico O’Cebreiro bastante particular. Habia recreado un mundo onírico que en realidad no existe, muy diferente al que nos encontramos allí. Lo que en todos lados llaman aldea se ha convertido en una especie de parque temático del camino de Santiago que se aleja mucho de lo que yo esperaba .. todo el romanticismo se esfumó en segundos y volví a la realidad comercial y turística que había intentado obviar.
Cuando salimos nos encontramos con la pareja de padre e hija italianos. Hablamos un poco con ellos y seguimos adelante. No tenemos intención de visitar nada más. Con el sello del Bar ya nos basta.
Mientras pensábamos si bajar por camino o por asfalto vemos esta estampa de peregrinos a tutiplem y sin pensarlo dos veces buscamos de nuevo la carretera.
Cuando veo el letrero de salida de O’Cebreiro me emociono, se me saltan las lagrimillas. Ha sido duro pero el esfuerzo me ha dado la mejor recompensa de todas que es haber disfrutado pedaleando con Paco por el puerto más bonito y exigente de todos los que hemos subido. El sentimiento de plenitud es inmenso.
Pedaleamos bastante cómodos hasta empezar a subir el alto de San Roque, Que nadie se piense que una vez en O’Cebreiro encuentras una superbajada, hay mucho que subir hasta poder relajarse.

Os adrezco el compartir con todos nosotros toda esta practica información. Con estos granitos de arena hacemos màs grande la montaña Internet. Enhorabuena por esta web.
Saludos
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